Con la internacionalización de las empresas, la traducción de contratos no es un acontecimiento extraño. Sobre todo, en empresas que se extienden a países de lenguajes completamente diferentes. Se trata de un procedimiento completamente necesario para poder mantener la legalidad y funcionamientos de la compañía. Sin embargo, no todos saben que las traducciones tienen diferentes grados de legalidad y reconocimiento.
Hacer una traducción de contratos no es tan simple como pasar un documento de un idioma a otro. Actualmente existen dos tipos de traducciones en el mundo empresarial y legal, las traducciones jurídicas y las juradas. Ambas son completamente diferentes y con distintos niveles de aceptación. Para asegurar que tus contratos cumplen con todos los parámetros, existe una serie de aspectos que debes conocer sobre los documentos y los profesionales que contrates.
Traducción de contratos jurada y jurídica ¿Cuál es la correcta?
Lo cierto es que muchas personas que no conocen mucho sobre el mundo de la traducción de contratos. De hecho, no tienen conocimiento sobre la existencia de estos dos tipos de traducciones. Para la mayoría, solo se trata de un texto en otro idioma. Sin embargo, estos dos términos reflejan características completamente diferentes. En primer lugar, la traducción jurada, o también conocida como publica o certificada, es de carácter oficial.
Es decir, se realiza por un traductor reconocido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, como lo es en el caso de España. Esta se lleva a cabo por traductores jurados, que certifican los documentos con un sello de certificación y firma propia. Por otro lado, la traducción jurídica es aquella que se especializa en documentos legales, y se trata de traductores con conocimiento en termologías y estructuras comunes en dichos papeles. La traducción de contratos es uno de ellos.
Las terminologías legales y equivalencias en la traducción de contratos: lo que todo traductor debe saber
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de buscar a un traductor para hacer traducción de contratos es la especialización. No cualquier traductor puede realizar este tipo de traducción. Se debe a que es necesario tener conocimiento de las terminologías no solo en el idioma destino, sino también en aquel que se desea traducir. Asimismo, el conocimiento sobre los sistemas legales es imperativo.
Un ejemplo de ello es la diferencia entre el sistema legal de España y el anglosajón. Se trata de algunos detalles que un traductor jurídico y jurado debe conocer. Si este no es el caso, es probable que sus servicios no sean de alta calidad. Ahora, mientras existe una vasta cantidad de terminologías con equivalencias en diferentes idiomas, existe un tema mucho más complicado: las inequivalencias o términos que no se pueden traducir.
Existen ciertas terminologías en la traducción de contratos que simplemente no pueden ser traducidas, y un traductor de alto prestigio las conoce. Un ejemplo de ellas son las que están presente en el bloque INTERVIENEN del contrato y compraventa español. Estas no se pueden traducir al inglés. Asimismo, existe una gran variedad de estas inequivalencias.
La importancia de un traductor profesional y sus características
Como ya habrás notado, la traducción de contratos no es tarea sencilla. Esto no se puede realizar con un traductor en línea, y mucho menos con una persona sin estudios. Como ya mencionamos, un traductor que puede ofrecer traducción de contratos de calidad disfruta de un amplio conocimiento en términos jurídicos y legales, así como de los sistemas en cada país. Pero hay más características.
Además de eso, es sumamente necesario que el traductor cuente con estudios universitarios en traducción e interpretación. Por otro lado, también es posible que un licenciado en derecho internacional tome una especialización en traducción jurídica o legal, pudiendo ejercer una traducción de contratos de calidad. Por último, el traductor debe contar con las herramientas y conocimientos necesarios para consultar los corpus textuales para cada texto.